20 de marzo de 2021
Después de tener los procesos de Lava Jato anulados, el ex presidente habló el pasado miércoles (10), en la sede del Sindicato de Metalúrgicos del ABC, en São Bernardo do Campo. Foto: Ricardo Stuckert

Las cuatro acciones penales que involucran al ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en el caso de Lava Jato, emitidas por el 13º Tribunal Federal de Curitiba, en Paraná, fueron anuladas el pasado lunes (8), permitiendo que el ex presidente pueda volver a participar en las elecciones.

Paralelamente, la 2ª Sala del Supremo Tribunal Federal (STF) juzga la parcialidad del ex juez Sergio Moro, a petición de la defensa de Lula. Por ahora, el marcador está empatado 2 a 2.

Bajada la agitación de una de las semanas más intensas de la política brasileña en 2021, Brasil de Fato conversó con dos juristas que explican lo que falta para que el ex presidente quede libre en el caso de Lava Jato.

Incompetencia del tribunal asignado
La decisión del juez Edson Fachin, que anuló los procesos contra Lula, reconoce que no hay relación directa entre esas acciones y Petrobras. Por lo tanto, el 13º Tribunal Federal de Curitiba sería incompetente para juzgarlas.

Ahora, se espera que el plenario del Supremo examine esta decisión en breve.

El pasado lunes (15), Fachin también recibió un requerimiento por parte de la defensa de Lula, que pide que la extinción de los procesos se produzca sólo después de la confirmación de la decisión de incompetencia del 13º Tribunal Federal de Curitiba.

La excepción sería el proceso de habeas corpus que trata la parcialidad del ex juez Sergio Moro en el caso del “Triplex de Guarujá”, que no podría extinguirse porque su juicio ya ha sido reanudado por la 2ª Sala del Supremo Tribunal Federal.

Fachin determinó, además el día 15, que la Procuraduría General de la República (PGR) se manifestara en un plazo de cinco días. Al final, los expedientes serán remitidos a la Presidencia del STF para su inclusión en el orden del día del juicio.

Juicio de parcialidad de Moro contra Lula
La 2ª Sala del Supremo comenzó, el día 9, el juicio sobre la parcialidad de Moro en el proceso relacionado al inmueble – que se aplica a todos los demás que involucran al ex presidente Lula en el caso de Lava Jato.

El resultado fue de 2 a 2. Los jueces Gilmar Mendes y Ricardo Lewandowski votaron a favor de la parcialidad, mientras que Carmen Lucía y Fachin se opusieron con sus votos a la solicitud de la defensa de Lula.

El juicio fue interrumpido porque el juez Kassio Nunes Marques, nombrado por Bolsonaro, pidió un cuarto intermedio antes de emitir su voto.

“Ya se ha perfilado una certeza absoluta: Moro fue parcial”, afirma Fernando Augusto Fernandes, máster en Criminología y Derecho Penal. “El propio Fachin, en una entrevista con Globo defendiendo a Lava Jato, dijo que no es posible desconocer los mensajes intercambiados entre el juez y los fiscales”.

Fernandes se refiere a los diálogos que salieron a la luz en la Operación Spoofing, revelando irregularidades en la relación entre Moro y los fiscales del grupo especial para el caso Lava Jato. Los mensajes también revelaron la parcialidad de los fiscales y su deseo de detener a Lula e invalidar su candidatura presidencial en 2018.

“Debido a esos mensajes es que se creó la posibilidad de que Carmen Lucía cambie su voto hasta el final del juicio. Pero la gran tendencia, al parecer, es que incluso si no cambia, Kassio [Nunes Marques] vote a favor de la concesión del habeas corpus”, completa el jurista.

Doctor en Derecho Constitucional y miembro de la Asociación Brasileña de Juristas por la Democracia (ABJD), Marcelo Uchôa está de acuerdo en que la parcialidad queda demostrada por los mensajes que salieron a la luz en la Operación Spoofing.

“No hay ninguna duda de que la sospecha de Moro será declarada [por la 2ª Sala]”, dice. “Es un fraude grave, desde el punto de vista legal”.

Para Uchôa, el juicio de parcialidad es más importante, desde el punto de vista político, que el reconocimiento de la incompetencia en la decisión del 13º Tribunal Federal de Curitiba.

“Enviar los procesos a Brasilia simplemente no garantiza a la sociedad la necesaria discusión sobre las arbitrariedades de Lava Jato”, explica. “Por eso la decisión de Fachin está siendo apelada incluso por la defensa de Lula”.

Nunes Marques, que puede desempatar el juicio de sospecha contra Moro, prometió analizar el caso con agilidad.

“Es bueno que lo haga, porque la sociedad brasileña necesita una respuesta. Resolver el proceso de Lula es un asunto de justicia. Creo que él es consciente de eso y votará no sólo por la parcialidad de Moro, sino por la anulación de todo el proceso, como hizo Lewandowski”, completa Uchôa.

Los procesos a resolverse en el Distrito Federal
La decisión del día 8 de Fachin tiene validez y está en vigor. Sin embargo, el envío formal de las acciones al Distrito Federal de Brasilia, según lo determinado por el ministro del STF, sólo ocurrirá después de la decisión del plenario sobre la incompetencia del 13º Tribunal Federal de Curitiba.

Las acciones que se iniciaron en la jurisdicción de Curitiba serán sorteadas entre cuatro jueces – dos del 10º Tribunal Federal y dos del 12º Tribunal Federal.

Cada acción será sorteada por separado. Es decir, es posible incluso que las cuatro acciones se queden con el mismo magistrado.

Entre bastidores, se dice que Cristiano Zanin, abogado de Lula, pedirá la parcialidad de la jueza suplente del 12º Tribunal, Pollyanna Kelly – “una lavajatista declarada”, según los interlocutores.

Vallisney de Oliveira, que actúa en el 10º Tribunal Federal, también es un nombre visto con preocupación, por tener un historial de elogios públicos al ex juez Sergio Moro.

Por su parte, el abogado Fernando Augusto Fernandes refuerza que los procesos deben empezar “desde cero” en Brasilia.

“Las audiencias del proceso fueron realizadas por un juez parcial. Por lo tanto, este juez dirigió el proceso, fijó las preguntas, llamó a los testigos que quiso. Entonces, la parcialidad incide directamente en la instrucción del proceso. El juez de Brasilia tendría que empezar todo de nuevo”, subraya. “Con la parcialidad, se puede anular incluso que se reciba las acusaciones”.

Marcelo Uchôa no cree en un juicio “en tiempo récord” en el Distrito Federal – como ocurrió, por ejemplo, en el Tribunal Federal de la 4ª Región (TRF-4), en 2018, sobre el caso “triplex”.

“Aunque las pruebas empiecen a discutirse, serán interrogadas por la defensa, una por una. Porque está claro que se recogieron de forma fraudulenta”, dice.

¿Pueden beneficiarse otros acusados?
Si el Supremo confirma la decisión de Fachin sobre la incompetencia del 13º Tribunal Federal de Curitiba, es posible que las defensas de otros investigados también soliciten la anulación de sus procesos bajo el mismo argumento. Al fin y al cabo, la competencia se refiere al asunto y no al demandado.

No ocurre lo mismo con el juicio de sospecha de Moro. En este caso, el resultado sólo se aplicaría a Lula.

Marcelo Uchôa destaca la especificidad del caso del ex presidente.

“El deseo de condenar a Lula era completamente diferente. No era sólo para incriminarlo, era para sacarlo de la carrera presidencial, y se lanzaron sobre él con todo”, recuerda.

El líder del Partido de los Trabajadores (PT) nunca ha sido condenado en ninguna acción fuera del ámbito del caso de Lava Jato.

Fernandes dice que la “extensión” de las decisiones del STF sobre el caso de Lula hacia otros investigados por Lava Jato deberá ser analizada más adelante.

“Hubo acusados que confesaron los delitos. Dada la confesión, resulta difícil devolver los registros a su estado anterior”, ejemplifica. “A menos que se anulen los acuerdos de culpabilidad, debido a la propia tortura resultante de la detención ilegal. Pero, realmente, esta extensión a todos o a cualquier procedimiento no es automática”.

Edición: Poliana Dallabrida | Traducción: Roxana Baspineiro | Brasil de Fato