9 de septiembre de 2019
Foto: Archivo

El movimiento La Francia Insumisa (LFI) convocó hoy a aunar esfuerzos a escala global para combatir la manipulación de la justicia como arma de los poderosos para marginar de la política a quienes se oponen a la dominación.

“Hemos llegado a un punto en el que prácticamente todo el mundo es escenario de la llamada Lawfare (guerra jurídica), con la que intentan destruir a los que rechazan las nefastas políticas neoliberales, responsables de tanta hambre, pobreza, desempleo y desigualdad”, denunció en una declaración.

Para la organización de izquierda, una de las más importantes del panorama francés, no hay tiempo que perder ante el objetivo de silenciar las luchas contra el brutal saqueo de los recursos de los pueblos y el atropello de sus derechos sociales, económicos y políticos.

“No podemos aceptar la imposición del imperio de la amenaza como forma de seguir ahogando a nuestros pueblos”, sentenció.

El integrante del equipo internacional de LFI, Christian Rodríguez, comentó a Prensa Latina que la persecución judicial de la que son blanco fuerzas revolucionarias y progresistas fue abordada por el líder del movimiento, Jean-Luc Mélenchon en su reciente recorrido por países de América del Sur.

Mélenchon se reunió con los expresidentes José Mujica (Uruguay), Cristina Fernández (Argentina) y Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), este último encarcelado tras un proceso denunciado como una clara muestra de la “Lawfare”.

El dirigente francés, a quien Rodríguez acompañó en su periplo, visitó a Lula en la sede de la Policía Federal de Curitiba, donde abordaron la judicialización de la política, la misma que llevó a prisión al líder brasileño bajo cargos de corrupción que nadie ha probado ante una corte, pero que consiguieron abrirle las puertas del poder al representante de la extrema derecha Jair Bolsonaro.

Después del encuentro, Mélenchon advirtió que también es víctima de la repudiable táctica, al enfrentar una citación este mes por ‘intimidación contra la autoridad judicial, rebelión y provocación’, tras el allanamiento en octubre pasado de su casa y la sede de LFI.

Prensa Latina